PUDE gozar de nuevo este sábado con la magia de los insertos, de los planos y perspectivas falseadas, esta vez con el rodaje del trailer falso de zombis. Teníamos un plano de dos personajes hablando, uno de ellos se agacha a coger un flash y cortamos. No teníamos un arcón congelador, así que usamos un parasol plateado, de los que se ponen en la luna del coche en verano, para que hiciera de pared del refrigerador, y mientras uno sujetaba con la mano el paquete de flash (ni siquiera lo apoyamos) el actor que hacía de zombi hizo su papel y atacó. Parecía una decepcionante mierda. Lo digitalizamos, lo montamos justo después del plano de la conversación, haciendo coincidir el movimiento, dejamos que se solapase el sonido, y mi compañero director, que no había editado apenas, lo dijo: Ohhhh.
Esa es la magia de los insertos.
Un ejemplo con el ensayo de mi corto, un inserto de manos en mi habitación.

Mientras, siguen mis dudas izquierda-derecha derecha-izquierda. Cuando acabe el ensayo haré dos versiones y veremos cual es mejor.
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